Tiempo


Tiempos...

El real que transcurre en pocas horas, la siesta de una pequeña sedienta de hojas en blanco, y el de un viaje.

El tiempo no se mide, no hay día ni noche, sólo hay en la casa una hora del té interminable.

Lo temporal existe en forma estática o en el reloj.

Un mundo donde reina la locura donde a través de los personajes y sus defectos se percibe un absurdo total.

Donde se viven aventuras siendo extraños, donde sobran las sonrisas y los tropiezos.

Donde pienso que la palabra “imposible” no tiene sentido.

Donde la confianza vale más que la propia vida de quien la conserva.

Dónde está quién apostaría todo por no ser cuerdo.

Donde tu historia no tiene fin, donde tus fantasmas piden auxilio por falta de locura en tu ficción.

Donde quienes dan lastima son los que viven de apariencias y conveniencia.

Donde no vale la pena apuñalar teniendo las armas.

Donde ahora me pregunto ¿Quién soy? y me respondo sin hacer ruido.

Estoy en ese minuto en el que coinciden todos los universos para compartir estas letras sin sentido en una hoja que se encuentra dispuesta a callar todo lo que le he gritado a lo largo de mi vida. Ese minuto en el que todos podemos decir lo que nunca decimos, donde podemos callar lo que siempre decimos, donde podemos empezar de muerte y vivir esa oscuridad en la luz. Un minuto, en un determinado espacio lleno de sueños y de una luna que brilla como nunca antes de tantas lágrimas que han llovido de ella. Hablo de un lugar que me gustaría compartir, de ese lugar lleno de ruido y paz que no todos logran entender por querer mostrarse cuerdos, personas que en mis estrellas no lograrán viajar.

Encuentren ese lugar donde sus minutos logren coincidir en miles de universos y puedan algun dia entender lo que he querido decir en este segundo que se perderá en sus mentes mientras lo estén leyendo.


                           
                     
                                        ¿Siguiente paso?

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